¿Qué significa un bulto en la axila y cómo actuar?

Las protuberancias en las axilas no suelen tener consecuencias graves. Aunque son inofensivas en su gran mayoría, para las mujeres deberían ser motivo de preocupación. Te contamos por qué.
¿Qué significa un bulto en la axila y cómo actuar?
Mariel Alexandra Mendoza Delgado

Escrito y verificado por Mariel Alexandra Mendoza Delgado.

Última actualización: 25 marzo, 2024

Tener un bulto en la axila es una situación que se puede presentar a cualquier edad y en cualquier persona. Genera inquietud cuando se descubre, pero resulta inofensivo en la mayoría de las ocasiones.

Llegar a un diagnóstico y descartar causas de gravedad es un paso indispensable para plantear un tratamiento. De todas maneras, a veces el abordaje solo consiste en controlar y esperar la evolución natural del cuadro.

Causas más frecuentes de un bulto en la axila

No todas las protuberancias axilares son iguales. Para determinar el tratamiento adecuado se debe comprender la causa subyacente. Algunos de los motivos más usuales son los siguientes.

Foliculitis

La foliculitis es una afección cutánea que puede resultar en un bulto en la axila. Se produce por la inflamación de los folículos pilosos, casi siempre por una infección bacteriana. Los folículos están ubicados en la raíz de los vellos.

Lo que se percibe como protuberancia es acumulación de diversos materiales que forman el pus. Por consiguiente, el bulto es doloroso, se rodea de piel enrojecida y tiende a aumentar de tamaño hasta que drena.

El tratamiento para la foliculitis axilar implica medidas de higiene y cuidado de la piel. Se recomienda lavar suavemente la zona afectada con un jabón antibacteriano y evitar el uso excesivo de productos que obstruyan los poros, como ciertos desodorantes no aprobados por entidades dermatológicas. En casos recurrentes pueden prescribirse antibióticos tópicos u orales.



Quistes sebáceos

Los quistes sebáceos se producen cuando las glándulas sebáceas se obstruyen. Estas son las encargadas de secretar el sebo, una sustancia aceitosa que lubrica la piel y el cabello.

Si la glándula se tapa, el sebo no puede salir y forma un quiste debajo de la piel. Aunque pueden aparecer en diversas áreas del cuerpo, las axilas son un sitio de presentación habitual.

De forma típica, estos quistes no son dolorosos, pero sí móviles. Si se abriesen, se vería un contenido espeso y aceitoso.

Pueden aumentar de tamaño de forma progresiva hasta alcanzar una dimensión estable. Son benignos y solo generan incomodidad.

El tratamiento implica la extirpación quirúrgica en casos muy puntuales. Se realiza el procedimiento de forma ambulatoria.

Linfadenopatías

La inflamación de los ganglios linfáticos en la axila puede resultar en un bulto en dicha zona. Las linfadenopatías surgen por diversas razones.

Suelen manifestar una respuesta del sistema inmunitario a infecciones cercanas o, en casos más raros, infecciones sistémicas. Entre estas últimas tenemos al VIH/SIDA y la mononucleosis.

Además, pueden inflamarse los ganglios axilares por otras causas, como las siguientes:

  • Alergias
  • Cáncer de mama
  • Enfermedades autoinmunitarias
  • Lesiones traumáticas de tórax, cuello o miembros superiores

Este bulto en la axila es doloroso a la palpación, móvil y de consistencia blanda. La linfadenopatía no es el final del diagnóstico. Al contrario, se trata de una protuberancia a través de la cual se debe identificar el problema de base; no es lo mismo un ganglio inflamado por una alergia cutánea que por una neoplasia.

Hidradenitis supurativa

La hidradenitis supurativa es una afección crónica de la piel que se asienta en las glándulas sudoríparas de áreas como las axilas, la región inguinal y debajo de los senos. Produce protuberancias, nódulos y abscesos dolorosos y recurrentes.

Para casos leves se pueden recomendar medidas de autocuidado, como buena higiene, usar ropa suelta y transpirable, y aplicar compresas tibias para aliviar la inflamación. En casos más severos pueden recetarse antibióticos.

Se pueden considerar tratamientos más avanzados, como inyecciones de corticosteroides o medicamentos inmunosupresores. También se está experimentando con terapias biológicas.

Forúnculo

Un forúnculo, también conocido como absceso cutáneo, es una infección bacteriana localizada en un folículo piloso o en las glándulas sebáceas de la piel. Puede causar un bulto en la axila que se enrojece, aumenta de tamaño, duele y está lleno de pus.

Por lo general, son originados por la bacteria Staphylococcus aureus, con mayor riesgo en personas que atraviesan inmunodepresión. La puerta de ingreso para el microorganismo tienden a ser pequeñas abrasiones, como las que deja el afeitado o el rasurado.

El tratamiento incluye aplicar compresas calientes para aliviar el dolor y favorecer la maduración del forúnculo. No se recomienda exprimirlo con las manos. Si evoluciona, se pueden requerir antibióticos y drenaje quirúrgico.

Lipomas

Los lipomas son tumores benignos compuestos de tejido graso, que pueden formarse en cualquier área del cuerpo, incluyendo las axilas. Resultan protuberancias de consistencia blanda, móviles y no dolorosas.

La cirugía para extraer el lipoma común suele ser un procedimiento ambulatorio sencillo. Se realiza bajo anestesia local.

Al contrario, la presentación de un lipoma gigante axilar es muy infrecuente. Estos casos se resuelven con cirugía más compleja, ya que el tamaño podría comprometer otras estructuras anatómicas, como arterias o nervios.

Reacción adversa a la vacunación

Las inmunizaciones que se colocan en los brazos pueden causar una reacción secundaria en la axila en forma de bulto. Ello sucede por la inflamación desmedida de los ganglios linfáticos del área.

Con la reciente vacunación para COVID-19 hubo algunos reportes. De acuerdo con una publicación del año 2022, el 0,4 % de los inmunizados tuvo un bulto axilar palpable. Cuando se realizaron métodos complementarios para detectar linfadenopatías por la vacuna, hasta el 37,3 % de los pacientes resultaron positivos para la inflamación.

Cáncer de mama

De forma mucho menos común, un bulto en la axila puede ser un síntoma de cáncer de mama. Cuando las células cancerosas se diseminan y provocan metástasis, un sitio de alojamiento son los ganglios linfáticos axilares. Ello daría lugar a la formación de un nódulo palpable, aunque no de inmediato.

Esta neoplasia también puede generar síntomas parecidos en el caso de un cáncer de mama ectópico de la cola axilar. Solo es posible en algunas mujeres que tienen un tejido mamario fuera del sitio normal, producto de una alteración en el desarrollo embrionario. Vale aclarar que es una circunstancia de frecuencia muy baja.

Las opciones comunes de tratamiento incluyen la cirugía, seguida a menudo de radioterapia. Quimioterapia, terapia hormonal y terapias dirigidas también pueden ser recomendadas, dependiendo del grado, estadio y diseminación.


Todo lo que debes saber sobre Cáncer de mama


Linfoma

El linfoma es un tipo de cáncer que afecta al sistema linfático. Los ganglios linfáticos, por ende, pueden agrandarse y formar bultos en esta neoplasia.

A su vez, el linfoma puede tener una localización mamaria. Entonces, ello derivará en un bulto axilar por la linfadenopatía.

Las opciones de tratamiento incluyen la quimioterapia, la radioterapia y la inmunoterapia. En algunos casos, se puede realizar una extirpación quirúrgica de ganglios linfáticos afectados.

Leucemia

La leucemia es un tipo de cáncer que afecta a las células sanguíneas, incluyendo los glóbulos blancos. Aunque no suele causar bultos en las axilas como síntoma directo, pueden aparecer signos en diferentes partes del cuerpo que adviertan sobre la enfermedad. La linfadenopatía es uno de ellos, aunque inespecífico.

Por ejemplo, un caso reportado en 2019 presentó a una mujer con una rara forma de leucemia cutánea que, a su vez, tenía ganglios inflamados en varias partes de su cuerpo. Los cervicales, axilares e inguinales eran palpables y formaban bultos.

La leucemia se trata con quimioterapia, terapia dirigida y el trasplante de células madre. En algunos casos, se pueden emplear medicamentos específicos, como inhibidores de tirosina quinasa.

¿Cómo se manifiesta un bulto en la axila?

Los síntomas asociados a la presencia del bulto axilar guiarán en gran medida el diagnóstico. No todas las protuberancias son iguales y algunas causas se manifiestan de un modo particular.

  • El cambio de coloración en la piel de la axila hace pensar en una infección o una alergia.
  • Un bulto constituido por varias partes que se diferencian al palpar, indicará que son ganglios inflamados.
  • La falta de dolor en el bulto es un signo de alarma. En general, se trata de una presentación que se asocia al cáncer.

¿Qué hacer si tengo un bulto en la axila?

Si encuentras un bulto en la axila o experimentas síntomas de dolor, enrojecimiento o secreción de pus en dicha área anatómica, es importante buscar atención médica. Sobre todo, si esto se acompaña de síntomas sistémicos (fiebre, fatiga extrema, bultos en la mama), antecedentes familiares oncológicos o aumento de tamaño del bulto.

Evita la tentación de autodiagnosticarte o ignorar la protuberancia.

Durante la consulta, el profesional realizará un examen físico y, si es necesario, podría solicitar pruebas adicionales. Entre ellas, análisis de sangre, estudios por imágenes (ecografía, tomografía computarizada o resonancia magnética) y una biopsia.

La detección temprana determina que te preocupes a futuro o no. Las causas, en su mayoría, son inofensivas y hasta tienden a resolverse por sí mismas. Pero las que no lo hacen, necesitan un tratamiento acorde.




Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.